Guerrero


Admirable guerrero,

que en incontables batallas por la victoria te debatías,

Dime, ¿donde aprendiste a ser tan valeroso?

Jamás encontré en ti más penurias que alegrías.

De rodillas no te vislumbré,

más en pie siempre te erguías,

aún cogiéndome de la mano,

yo, temerosa de la vida,

tú, me mirabas y sonreías.

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