Estos sentimientos que no caben en el pecho,
que invitan a ser compartidos,
ansiando libertad.
Déjame hablarte de ellos.
Esta es su historia.
Comenzaron sin nombre,
temiendo jamás ser llamados.
Dudosos de su existencia,
ocultábanse entre el fulgor de los días.
En su pasar por el vivir,
a su propio ser enfrentaron.
Despertaron con las estrellas de la noche
y el vuelo de las aves en la mañana.
Se descubrieron en la melodía del reír
y en las mejillas dibujadas de los que lloran.
En la música cantada por el corazón
y en los firmes pasos de los que creen.
Todos comenzaron sin nombre,
con el tiempo les llamé amor.