He de reconocer que cuando me propongo o encabezono con algo, no hay quien me pare. Teniendo en cuenta lo impulsiva e intensa que soy, en el caso de los podcasts no iba a ser menos. A pesar de que hace bastante tiempo atrás que mi padre empezó a intentar motivarme a escucharlos alegando una interesante utilidad de cara a aprender inglés, no fue hasta que sentí la necesidad y curiosidad por mi misma cuando me decidí a abrir de par en par esta puerta de aprendizaje. Desde entonces, no han dejado de estar presentes en mi rutina diaria y son mis fieles acompañantes allá donde voy.
Es muy poco probable que no te gusten los podcasts
Quizás nunca hayas escuchado hablar de podcasts anteriormente. Igual has probado unos pocos, frecuentemente sobre idiomas, y no los has vuelto a retomar. Puede también que, directamente, no te haya convencido la experiencia. Permíteme decirte que deberías intentarlo de nuevo o animarte a probarlos si es que nunca lo habías hecho antes, es más, estoy casi completamente segura de que puedo convencerte de que lo hagas. ¿Por qué? Porque es muy difícil que no des con alguno de tu gusto. Algo maravilloso de los podcasts es que hay un sinfín de temáticas ahí fuera, solo tienes que centrar tu búsqueda en aquello sobre lo que más te interesaría aprender. En mi iPod, por ejemplo, podemos encontrar podcasts sobre biología, naturaleza, conservación del medio ambiente, ecologismo, meditación, meditaciones guiadas, mindfulness, gratitud, minimalismo o idiomas, entre otros.
¿Sueles destinar mucho tiempo al transporte?
¿Qué mejor manera de rellenar esas horas muertas con algo que te motive? No subestiméis lo que podéis llegar a aprender con este hábito ni el impacto que puede suponer en vuestras vidas. La mía cambió considerablemente gracias a lo que he ido aprendiendo por ellos, escuchando, interiorizando y decidiéndome a implantar lo asimilado. Intento ir alternando mis escuchas para no aburrirme y descargarme de vez en cuando algunos nuevos, manteniendo así el interés y permitiéndome seguir aprendiendo. Tender una lavadora, fregar los platos, hacer la cama, caminar hacia el metro, sacar a mis perras o dar un paseo por el campo son siempre una buena excusa y momento para escuchar podcasts.
Ojo, ¡tampoco hay que excederse!
Sí, es cierto que los podcasts son una herramienta con muchísimo potencial a explotar, no obstante, no los uses para mantener a tu mente constantemente distraída, no intentes silenciar tu propia voz interior. Hoy en día es muy sencillo sentirnos abrumados por el exceso de presión que nos impone la sociedad junto con los bombardeos de información a los que nos vemos sometidos diariamente sin darnos cuenta. Nuestra respuesta suele ser resguardarnos en actividades que no requieran de mucha actividad mental, es decir, inconscientemente evitamos reflexionar. Si analizamos nuestra rutina diaria podemos encontrar seguramente, en la gran mayoría de nosotros, una total ausencia de momentos de escucha interior y desconexión. Volverse adictos a destinar cada rato libre a escuchar música, podcasts o ver series o películas, es un ejemplo de que algo en nosotros no se encuentra correctamente balanceado.
Yo misma, con mi ambición y excesivas ansias de aprender, he experimentado cierto desequilibrio al recurrir a los podcasts en cada margen de productividad que encontraba en mi día a día.
Recuerda que volver al silencio es imprescindible para recuperar el equilibrio.
Así que, ya sea porque estás viendo películas, series, escuchando música o podcasts de más, quítate los cascos o aparta el ordenador con más frecuencia. Decide a centrarte todo lo posible en lo que ves y escuchas en cada momento, elige mirar y escuchar de otra manera. No permitas seguir perdiéndote paisajes, detalles, conversaciones y sensaciones maravillosas, esfuérzate por ser consciente de lo que ocurre a tu alrededor y permítete liberar a tu mente de ataduras con mayor frecuencia. Integra este simple hábito que tanto te puede aportar: simplemente respira, sonríe y siéntete parte de todo.
He de decir que siempre he sentido mejoría en mi estado anímico y nivel de ansiedad después de invertir mi tiempo en ausencia de estimulaciones exteriores.
Por tanto, la clave de este artículo es animarte a integrar los podcasts en tu vida, pero sin obsesionarnos con ello. ¡A aprender, a ser mejores personas y a seguir creciendo!
¿Y tú? ¿Qué experiencias has tenido con los podcasts hasta ahora?