A veces querría ser más árbol, para con el viento así intimar, y que empujase mis ramas con cariño, hasta que las estrellas lograse acariciar. Querría aprender a adorar el Sol, desde el orgulloso saber de árbol, consciente de cuánta sabiduría en su ser, el astro rojo al día osa traer. Querría ser árbol para guiarme, entre azules, verdes y negros encontrarme, con rayos de luz moldearme, y bajo mis pies así enterrarme. Querría ser árbol para sentirme, ave fénix en semilla contenida, agradecer a las cenizas que me protegían, y que al regreso del viento me despedían.
Cielo
Quise crear algo bello, entonces me paré y miré al cielo. Tomó mis dedos y escribió estos versos. Mención hizo del firmamento, guardián fiel de sus reflejos. Y mis ojos atentos, curiosos se hicieron del viento. Antojándose junto a él volar descubriendo así sus miedos. Incluso en brisa transformado, viento tú me contaste, cuánto temías soplar de nuevo.
Llámame libertad
Soy fuerza encubierta en el alma, pues de límites no comprendo. Grande de espíritu, reflejo tuyo soy. Siempre te acompaño. Siempre te guío. ¡Escucháme! Pero llámame libertad.
Vergüenza
La vergüenza debería estar mal vista. Pues, ¿qué es la vergüenza? Miedo a expresarnos, miedo a ser quién se es, miedo a vivir. Y mientras el miedo se aplaude, lo auténtico se esconde. Perdemos oportunidades de conectar, de alcanzar lo intenso de cada instante, de venerar el regocijo de estar aquí y ahora. ¡Viva aquellos que no se avergüenzan por sentirse vivos! ¡Viva aquellos que nos contagian con su luz! Y gracias, muchas gracias, por enseñarnos a vivir.
Si yo pudiera
Si yo pudiera, volaría todos los días tan alto como en mis sueños, me alzaría en los vientos cual grácil ave, y vislumbraría el mundo en su inmesidad y pequeñez. Con el darme cuenta del paisaje, abriría puertas a nuevas vidas, que poca cabida tienen con el miedo y mucho con la gratitud. Si yo pudiera llevaría esa imagen viva en mí, fuese a donde fuese, para que jamás me olvide del milagro que es vivir.
Nueva noche
Las briznas bailan al son del viento, mientras se corea el fin de otro día, y si te detienes un momento, sentirás el irresistible deseo de partir con él. Olas de belleza se expresan libres a tu alrededor, pues allá donde alcanza tu vista te deleitas, de todo aquello a lo que siempre has pertenecido. Cadenas de vida te anclan al suelo, cuando nunca has sentido más deseos de surcar los cielos, de perseguir a la luz que tímida cubre de estrellas y otorga espacio a una nueva noche.
Libertad
Te dejaste llevar, como hoja agitada por la brisa del mañana, valiente aún sin vislumbrar tu próximo destino. Y qué libertad se siente en la piel tras apartarse de tantos miedos camuflados y abrazar con fuerza el porvenir. Es cuestión de fe, ir a donde te lleve tu sentir; y como lenguaje de la vida que se trata, sonreír, sonreír y sonreír.
Alas
La vida envidiosa de tu historia se antojó, ¿quizás se equivocó? ¿Demasiado pronto no hizo libre, a este buen y gran corazón? A tus aprendizajes y sueños prometí dar alas, aún emborrachados de pasión, conquistando así los lejanos horizontes, donde el viento hace tiempo resonó. Prometí ser tu voz en el camino al andar, para que el olvido no encontrase aquí su lugar, Prometí hacerte partícipe de vida, para así juntos nuevos océanos navegar, tal y como siempre hicimos, tal y como siempre pretendimos continuar.
Atravesar montañas
Que mi consciencia se muestre fuerte y alta, para que consiga atravesar montañas y traspasar fronteras imaginarias.