Te dejaste llevar,
como hoja agitada por la brisa del mañana,
valiente aún sin vislumbrar tu próximo destino.
Y qué libertad se siente en la piel
tras apartarse de tantos miedos camuflados
y abrazar con fuerza el porvenir.
Es cuestión de fe,
ir a donde te lleve tu sentir;
y como lenguaje de la vida que se trata,
sonreír, sonreír y sonreír.