Cuántas almas silenciadas se disfrazan del día de hoy, cuánto espíritu durmiente aún ansía ser despertado, ¡Cuánto poderío! ¡Cuánta fuerza! ¡Cuánta belleza! Ocultos entre ojos ciegos de ver lo que no existe, entre miradas que olvidaron mirar desde el corazón, en meros testigos de una realidad ficticia se tornaron. Pero sientes esa lucha en ti, y no en vano yaces en ardiente espera, impaciente y fiel a esa chispa que acuda y te avive. ¡Despierta!